martes, 12 de junio de 2007

Divagando en las fábulas de Esopo

Dario Torres Urquidi


La pulga y el buey

Página 64


Un día la pulga preguntó al buey:

¿Qué te ha dado el hombre para que, fuerte y valeroso como eres, le sirvas diariamente?. Yo, en cambio pico sin compasión su carne e ingiero su sangre a boca llena.

Hasta aquí. Para seguir adelante con la fábula, tenemos que aceptar que las pulgas saben hablar, y en éste caso el idioma español, pero para no pecar de mentes cerradas debemos aceptar también que pueden hablar otros idiomas, esto dependiendo del entorno en el que desempeñan su vida diaria, porque si no pudieran hablar, ¿cómo se hubiesen comunicado con Esopo?

Y tampoco nos quedemos solo en las pulgas, porque aquí menciona que los bueyes también saben hablar, aseveración que acepto pese a mis prejuicios de que los bueyes son unos estúpidos. Este fenómeno debe abarcar límites insospechados por lo cual se puede llegar a la conclusión de que cualquier ser viviente que tenga contacto con la raza humana, mi raza, llega a aprender y utilizar nuestro idioma, concepto que me llena de alegría y satisfacción, porque es la primera vez que en mi calidad de tercer-mundista clase media baja formo parte de una monopolización, la monopolización del idioma, y esto hay que agradecer a la raza humana, porque también me permite sentir por primera vez, el poder entre mis manos, como los imperialistas, los de verdad. Se siente bien, me siento más grande, incapaz de cometer un error, mas cerca de mis hermanos, los humanos, y hay que aceptar que estamos en una posición cómoda, casi opulenta, entonces si somos relativamente los dueños del horizonte deberíamos ayudar a los demás, porque no ayudar a las pulgas por ejemplo, pobrecitas tan chiquitas e indefensas, seres inferiores que no tienen la culpa de haber nacido pulgas, hay que socorrerlas, darles una mano para que se superen, ahora que saben nuestro idioma, debemos apoyarlas pero sin olvidar que su desarrollo tiene que ir paralelo al nuestro, por así decir, porque nosotros somos una raza superior, capacitados para desarrollarnos y aprender de una manera mas eficaz, mas veloz y por eso la responsabilidad de enseñar a los ignorantes cae sobre nuestros hombros; los humanos.

Por lo tanto creo que lo mejor que podemos hacer, es darles algo de platita, apoyo monetario, es de lo que estamos hablando, pero como dice ese sabio refrán, es mejor enseñar a pescar y no dar pescado comidito no?.

Entonces lo que vamos a hacer es darles un préstamo. Si. ¡Qué buena idea! Yo me voy a encargar de eso, pero primero debo terminar de leer ésta fábula.

Bueno, estábamos en…

¿Qué te ha dado el hombre para que, fuerte y valeroso como eres, le sirvas diariamente?.

…¿Se dan cuenta? Eso es lo que nos pasa por tratar de ser humanitarios. Claro, era lógico, de tantas pulgas alguna debe nacer inteligente, y ahora ya no se conforman con el préstamo, ¿a qué aspirarán? ¿Querrán ser como nosotros? ¡Qué desfachatez! Pero lo preocupante es que tienen a su merced a los estúpidos bueyes, y ahora seguro ya quieren hacer una revolución, claro, malagradecidos, encima de que uno es bondadoso y piensa en ellos , les da dinero, piensa en su bienestar, ¿y como nos pagan? Se atreven a dudar de nuestra metodología para manejar una raza, como si fuera algo nuevo para nosotros. ¡Desvergonzados!

Pero tengo que analizar la situación, porque tampoco voy a mandar a matar a esa pulga, porque me sirve, además no quiero crear mártires, a fin de cuentas es una ignorante mas y le perdono, porque soy benevolente, soy la raza superior, soy como el hermano mayor, mas que un hermano vendría a ser como su tío, lo que debería hacer es compadecerme…si… pobrecita, su ignorancia la corroe, pero como siempre voy a tener que enseñarles a manejar ésta situación, voy a tener que convocar al rey de las pulgas para que hablé conmigo o uno de nosotros, y explicarle que lo que esta queriendo hacer es una revolución, y que eso no estaría nada bien, para ellos, porque ellos serían los más perjudicados pero, mejor sólo le digo que si no hace caso ya no le voy a dar más platita. Y también cuando termine la reunión, voy a tener que hablar con los míos, o sea ustedes mis hermanos, y pensar en posiciones más drásticas, porque yo creo que a la larga vamos a tener que poner a nuestra pulgita en el poder, así ya no va a existir ningún tipo de levantamiento, porque nuestra pulgita nos hace caso, porque nosotros la educamos, la civilizamos desde muy joven, con nuestra sangre con nuestros métodos, y con ella en el poder vamos a poder cuidar mas de las pulgitas. Y de los bueyes ya no me preocupo, me quedo tranquilo porque mientras les de comida van a hacer lo que yo quiera; entonces todo solucionado y continuo la fábula…

Yo, en cambio pico sin compasión su carne e ingiero su sangre a boca llena.

¿Ven? No, no, esto no puede continuar así. Nada, está decidido voy a poner a mi pulgita al poder, esta pulga revolucionaria cree que nos toma el pelo y encima se jacta de que vive de nosotros, lo peor es que en cierta manera tiene razón, pero no podemos permitir que se de cuenta, voy a tener que castigar a esta pulga pero no debe ser la única voy a tener que hacer un análisis de cuantas pulgas ya están infectadas con esta idea y no me queda mas remedio que separarlas, exiliarlas, para que no se hagan daño, es por el bien de ellas, sino acabarían matándose entre ellas. ¡Que pena!, las decisiones que hay que tomar para que una cultura crezca. Pero bueno, paciencia, mejor continuo con la fábula...

Respondióle entonces el buey:

Estoy agradecido a los hombres, pues éstos me aprecian y me cuidan, restregándome con frecuencia la frente y las espaldas.

¡Eso esta bien!. Es lo que les digo, por ejemplo los bueyes forman parte de una raza que nos ha costado criar, y ellos están conscientes que sin nosotros no estarían donde están, y ellos también nos deben platita, pero los pobres sólo nos pueden pagar los intereses, pero como tíos sabemos entender, y no nos importa, con que nos paguen algo esta bien, al fin y al cabo, así es mejor, así siempre los vamos a tener de aliados, van a estar a nuestro lado para que les apoyemos, no importa el dinero, yo les daría mas, sé que no me van a pagar, pero en realidad tampoco necesito, me basta con escuchar que ellos saben que cuando les restregamos la frente es nuestra manera de impartirles nuestra educación y no les permitimos que piensen otra cosa para que no se hagan daño como esa pulgita descarriada y así como dice el buey también les restregamos la espalda porque sino fuera por nosotros no tendrían trabajo, o estarían desperdiciando su vida trabajando para ellos en vez de trabajar para nosotros. Bueno, para terminar la fábula.

Ah amigo –siguió insistiendo la pulga- ese restregamiento que tanto te gusta es para mi la más grande de las desventuras, cuando por casualidad me atrapan con sus manos.

Bueno, todo tiene su límite. Pero antes de decidir la forma de aniquilar a esa pulga de mierda… Creo que le dijo amigo no? Ah amigo…siguió insistiendo la pulgita…cosas así no? Entonces, los bueyes también están metidos en esto, ya se puede decir que son camaradas, pobres bueyes, ya han sido infectados por este virus de revolución, pobres bueyes por burros pagan, digo por bueyes pagan, porque los burros nos siguen al pie de la letra no hay que quejarse de ellos, pero no se que hacer con estos bueyes porque son mas grandes que las pulgas se notaria una desaparición de raza, no puedo hacer algo tan drástico, con ellos hay que ser mas paciente, talvez una colonización algunos de los nuestros disfrazados de bueyes, si…pero eso después mientras tanto hay que seguir educándolos y darles más platita para que se queden callados, se aturdan con los intereses, y hay que mantenerlos aturdidos, si, eso hay que hacer, ahora con las pulgas, ¡esa pulga revoltosa!… pero ya no debe ser una deben ser varias insisto ya debe ser todo un movimiento, voy a tener que mandar a alguien.

Pero haber, todavía no renegare, a ver que dice este Esopo con la moraleja.

Los vanidosos se dejan confundir hasta por un tonto.


¿Quién es el vanidoso? ¿Quién es el tonto, carajo? ¿Nosotros? No entiendo. Seguro debe ser un mensaje codificado, yo sabía, éste Esopo estaba metido en esto, estaba claro. Por eso, por eso, por eso me mandaron a leer esta fábula, por el bien de ustedes de mi raza, este texto representa un peligro para nosotros, y ahora que caigo en cuenta, me dirijo a ustedes eslabones débiles, les aconsejo por su bien que no lean este tipo de panfletos trasformados en fábulas, porque a ver ¿quién de ustedes sabe del paradero de Esopo? ¿Nadie no? Ven, ven mis superiores se encargan de los protectores de animales, y de todos estos revoltosos, o sea que diríjanse con cuidado, porque les estamos vigilando, vamos, vamos dispérsense, ya dejen de leer.


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