miércoles, 4 de julio de 2007

Huelga

Carolina León(invitada especial)

La mañana en que las madrastras cansadas de tanta humillación decidimos unir fuerzas n una huelga de brazos caidos, los cuentos de hadas colapsaron unos entre otros en busca de una identidad perdida.

Por la convivencia diaria la venda de amor de los ojos de los príncipes se cayó, descubrieron uno a uno y de acuerdo al cuento que: Blanca Nieves era solamente una mujer hermosa que disfrutaba de la sospechosa compañía de siete enanos; la Bella durmiente sufría de depresiones severas que no le permitían levantarse por las mañanas hasta bien entrada la tarde y aquella que convirtió un sapo en príncipe había desarrollado un trastorno con matices zoofilicos, sin dejar de nombrar a Cenicienta cuyos hábitos de limpieza enfermaron a todas las criadas que atendían el palacio.


Despojados de dragones, embrujos y maldiciones, los días trascurrieron interminables hasta que buscando actividades de alto riesgo iniciaron guerras entre reinos que no les pertenecían.


Los grandes salones de baile perdieron el esplendor al dejar de reunir a toda la comarca pues los motivos para festejar se habían acabado. El día que el temor se alejo de sus vidas la felicidad del triunfo se fue con él.


Los sabios buscaron entonces nuevos antagonistas que pretendían reemplazar a la maldad encarnada en cuerpos de mujeres insatisfechas. Pero la maldad masculina que buscaba poder era menos manejable y mas peligrosa que las mujeres que solo buscaban un lugar y ese “algo” que sentían que les pertenecía.



Grandes manifestaciones, recolección de firmas y gente en las calles apoyando la petición de las madrastras, pero los reyes se comportaron de manera inflexible y quedó fuera de agenda la reivindicación tan añorada.


La situación se tornó imposible, la perfección rutinaria agrió los corazones aventureros e intentaron derrocar reyes para instalar nuevas jerarquías y poco a poco al desaparecer el mal, sin objetivo común el bien desarticuló a sus aliados en busca de causas nobles.


Los campesinos que querían adoptar princesas perdidas, al encontrarse con trámites burocráticos e interminables abandonaron sus tierras y salieron a la realidad cruel y despiadada buscando un destino mejor…


Las madrastras de los cuentos cansadas de tanta anarquía, nos reunimos para analizar las peticiones, no logramos comprender porque nos negaron los puntos, si eran peticiones concretas, bastante lógicas y justas:


Estamos cansadas de ser asesinadas cada noche para el regocijo de niñas que no saben valorar la importancia de conocer lo que se desea con todas las ansias.


Que si logramos manipular a reyes que se entregaron al desenfreno, fue por la debilidad de su carácter y por habilidades propias que deberían ser reconocidas cuando llega el tiempo del recuento de daños.


Que las caretas de frialdad esconden corazones grandes que necesitan amor…


Que no todo lo que se dice de nosotras es cierto, por lo que:


¡Las madrastras de los cuentos de hadas exigimos el derecho de la duda!

Advertencia: El contenido de esta página está protegido por ley 1322 de derchos de autor.
© Miércoles de Ceniza, 2007. Sucre - Bolivia